A escasos días de cumplir 29 años, me lanzo a esta nueva aventura de crear y dar vida a este blog. Os mentiría si dijera que no tengo dudas y/o incertidumbre por si esto puede o no interesar, ayudar, entretener a alguien o si bien acabará pronto en el olvido.

Sea como fuere, creo que es el momento. En mi corta vida, creo que he vivido algunas experiencias que me apetece compartir. No pretendo yo ser ejemplo de nada. Simplemente dar voz a mis pensamientos, vivencias o conocimientos y si eso puede tener un impacto en vosotros, genial.

Tampoco quiero ponerme como experta en algo en concreto así que esto no es un blog de viajes ni de nutrición ni de moda ni de un tema en particular. Pretendo que sea un popurrí, un blog personal donde pueda abrirme en canal y daros mi particular visión sobre algunas cosas que he aprendido, vivido o llámalo X.

El cambio es una constante en mi vida, de ahí el nombre del blog. Me encanta todo lo que tiene que ver con la transformación, romper con la rutina, salir de la zona de confort y los giros que te va dando la vida. Supongo que, como vosotros, mi “yo” de los 15 no era el mismo que mi “yo” de los 28. He ido creciendo, madurando y mi personalidad se ha ido tejiendo en todos estos años hasta conformar lo que soy ahora. Y me emociona saber que aún me quedan cosas por vivir, personas por conocer y vivencias que harán que mi “yo” de hoy sea distinto a mi “yo” del mañana.

Digo que es el momento porque ahora mismo me encuentro en una etapa de descubrimiento personal. Los últimos cuatro años de mi vida he estado en distintas zonas del planeta y creo que era necesario volver, hacer un parón, reflexionar y saber en qué punto estoy y qué quiero a partir de ahora. Siento que a veces vamos como pollo sin cabeza por la vida, haciendo cosas porque es lo que se supone o lo que nos han dicho que tenemos que hacer. Por eso, he preferido parar en seco y darme un respiro para poder visualizar mejor lo que quiero en mi vida a partir de ahora e ir a por ello. Así que puede que este blog me sirva de terapia personal y, por qué no, a descubrir mi vocación.

Dicho esto, y si has llegado hasta aquí, gracias por leerme. Me despido por hoy y os espero en la siguiente entrada 😉