Este sábado fue mi cumple y lo celebré en casa con una cena. Quería hacer un menú basado en comida real pero adaptado a las circunstancias. Es decir, que incluyera algunas elaboraciones de consumo ocasional bien merecidas por las circunstancias.

Podría haber salido a comer fuera, darme un “homenaje” y no hubiera pasado absolutamente nada porque sería algo puntual y hay que disfrutar de la vida y de la comida pero preferí hacerlo casero y en la línea del realfooding. ¿Por qué? Me gusta aprovechar los momentos de reuniones familiares y entre amigos para hacerles ver que las palabras rico y sano pueden ir en el mismo plato.

Y es que, por mucho que yo hable, la gente no es consciente hasta que no ve y prueba así que me gusta cocinar para ellos (¡Gracias mamá por tu ayuda, paciencia, tiempo y dedicación J) y hacerles ver que lo que sigo no es una dieta ni estoy a base de lechuga y ‘pescaíto’ a la plancha todo el día. Es más, algunos de los platos que cocinamos, los incluyo de manera habitual en mis menús por ser estupendas opciones, fáciles y sanas.

Esto de los emplatados y la decoración no va mucho conmigo pero esta vez traté de esmerarme un poco más. Logrado o no, ahí va el resultado… 😅

Picoteo:

Humus casero con zanahoria: es una receta súper fácil hecha a base de garbanzos, ajo, tahini y un poquito de limón. Googlearlo y encontraréis miles de recetas. Si no os gustan las zanahorias podéis untarlo en tostas y lo que os sobre, a la nevera o al congelador para futuras ocasiones 😉

Brochetas de cherries, mozzarela y pepinillos. Más rápido y sencillo, imposible. 100% realfood  🙂

Palomitas versión saludable: en el mercado existen muchas marcas que comercializan preparado de palomitas para el microondas. Esta opción no es muy saludable ya que entre los ingredientes, encontraréis grasa de palma y aceite de girasol. Por eso, os recomiendo comprar maíz para palomitas y hacerlas vosotros mismos en el micro o la sartén. No os llevará más de 3 min. Aquí os dejo una posible receta: https://www.youtube.com/watch?v=ZxSbMV6zzJ4

Entrante:

Vasito de salmorejo: en este caso utilicé el que venden en Mercadona (pincha para verlo) por ser un buen procesado y lo acompañé de unas virutas de jamón y huevo cocido. Me encanta este producto porque, aparte de estar rico, es un salvavidas que te saca de un apuro cuando vas con prisa y no tienes mucho tiempo para cocinar. También está la misma opción en gazpacho y es igual de recomendable.

Platos principales:

Risotto de arroz integral con champiñones + ensalada césar: para el risotto utilicé esta receta que vi por internet. Las versiones integrales tienen más fibra, con lo cual ayudan a mejorar el tránsito intestinal y el estreñimiento. Aparte, aumentan la sensación de saciedad y el índice glucémico en sangre es menor, así que (y simplificando mucho) se produce una menor elevación de la insulina en la sangre y una menor acumulación de grasas.

La ensalada césar lleva varios tipos de lechuga, pechuga de pollo, queso cheddar, tiras de bacon (consumo ocasional), aove y sal. Para el aderezo utilicé una salsa (consumo ocasional) de mayonesa casera, mostaza de Dijon, limón y cáscara rallada, un poco de queso cheddar y una lata de anchoas. Todo ello batido y ¡tachan… habemus salsa césar! La receta, aquí.  Y para emplatarlo, utilicé una hoja de col lombarda y así me quitaba una tanda de platos que fregar 🙂

Boloñesa de bacalao y berenjena con puré de coliflor y patatas: esta receta está muy rica, es sanísima y una opción estupenda para el día a día. La saqué de este libro que me compré y os recomiendo mucho (no, no me pagan por ninguna de las recomendaciones que hago).  De acompañamiento, unas patatas baby al horno con especias varias (orégano, perejil etc)

Postres

Panacota con frutos rojos. Hice una variante de esta receta que podéis ver aquí, lo emplaté en unos vasitos de chupito y listo. Mi consejo es que, para elaboraciones que son de consumo más ocasional, tratéis de utilizar recipientes más pequeños. Al final, conseguís reducir el tamaño de la ración y controlar las porciones.

Futurcheesecake de mango (consumo ocasional): se trata de una tarta casera hecha a base de mango y otros ingredientes naturales como avellanas, huevos y leche pero lleva dátiles y un poquito de miel para endulzar, de ahí que sea de consumo puntual. Podéis encontrar la receta en el libro de Futurlife21 que os he dicho anteriormente. Decir que no sobró nada así que imagino que estaría rica y, al desaparecer, me evito la tentación de verla cada día 🙂 Si os sobra, podéis congelarla y sacarla en momentos puntuales para daros un pequeño capricho. 

Y ese fue el menú. Como veis, hay opciones totalmente saludables hechas 100% con comida real y otras elaboraciones de consumo ocasional pero que se pueden incorporar perfectamente en determinados momentos. Creo que siempre será mejor algo casero y preparado por ti, porque controlas lo que echas y la calidad de los productos que utilizas.
Pero que sea mejor no significa que valga para todos los días, de ahí mi insistencia en cuanto a la frecuencia de uso de algunos productos.

Sea como fuere, creo que es necesario darse ciertas concesiones porque si vuestro plan alimenticio es muy restrictivo, vais a tener la sensación de estar siguiendo una dieta y cuando hay prohibiciones de por medio, yo creo que deja de ser sostenible a largo plazo. Se trata de llevar una alimentación consciente, controlar los productos y las cantidades en tu día a día y otorgarse ciertos caprichos de vez en cuando. Como diría Amaya Fitness: “no es comer menos, es comer mejor. Y disfrutando” 😉