Dice Ismael Serrano en una de sus canciones:
“Miraba a la ventana y soñaba con ser un astronauta pisando la luna.
Pájaros en la cabeza y volar
a donde las ventanas siempre están abiertas.
De fondo, el rumor de un televisor y su madre suspirando.
“¿Dónde andas hija mía? Siempre en las nubes,
¿Cuándo sentarás la cabeza?»
¿Qué es “sentar la cabeza”? ¿Una vida tranquila? ¿Trabajo fijo? ¿Establecerse? ¿Compromiso? ¿Hipotecarse? ¿Embarazarse?
Esa frase, tantas veces pronunciada, y transmitida de generación en generación como garantía de “éxito” o “avance en la vida”, me trae aquí hoy.
¿En qué pensamos cuando decimos que alguien tiene “pájaros en la cabeza”? ¿Es un iluso? ¿Un soñador? ¿Distraído? ¿Poco realista? ¿No vive de acuerdo a sus tiempos?
¿Qué es vivir “a tiempo”? ¿Qué es vivir a “destiempo”? ¿Quién establece cuándo es el mejor momento
o la edad idónea para hacer algo? ¿En base a qué?
Jugando a ser adultos olvidamos la capacidad de ser niños. Estamos aquí de paso. No pensemos, hagamos.
Los pájaros son libres, realizan viajes migratorios y tienen esa vista desde arriba, esa visión global y completa de las cosas. Viven fuera de la caja.
De sueños es importante hablar. Te deseo montones de pájaros en la cabeza, que no te los maten.