Cada vez me convenzo más de una cosa: si supiéramos reconocer al vuelo las intenciones afectivas de la persona con la que estamos quedando/relacionándonos, dejaríamos de perder el tiempo en relaciones de mierder*.

Míriam, ¿a qué te refieres? Me refiero a que las personas tenemos diferentes códigos de conducta afectiva y hay algunas que no son muy compatibles entre ellas o nos dan muchos dolores de cabeza.

Esto tiene mucho que ver con lo que en psicología llaman la teoría del apego, según la cual existen 4 tipos de apego: apego ansioso, evasivo, seguro y desorganizado.

Y esto da lugar a diferentes:

  • Ideas de intimidad y relación
  • Formas de reaccionar ante el conflicto
  • Capacidades para expresar deseos y necesidades
  • Expectativas que tienen de la pareja y la relación

En las próximas entradas del blog me gustaría describirte algunas características correspondientes a los diferentes estilos para que puedas identificarte y reconocer cuál es el tuyo y el de la persona con quien te estás relacionando. ¿Objetivo? Ver si realmente eso encaja o si estás poniendo mucha energía en algo que no tiene pinta de llegar a buen puerto.

No soy yo muy pro de las categorías ni las etiquetas pero sí creo que algunas características encajan muy bien en cada tipo. Podrás identificarte con todas, algunas o una mayoría. Dependerá también del grado de “sanación/desviación” de la persona. Pues, como siempre, hay matices. Puedes ser un tipo de apego muy ansioso/evasivo o tener una tendencia a ese tipo de apego pero sin tener nada patológico.  

Hoy voy a empezar con el apego evasivo. Porque, a pesar de que el apego ansioso haya sido uno de los más castigados por los siglos de los siglos, aquí mi amigo el evasivo no deja tampoco indiferente pero en sentido opuesto.

Creo que hoy en día se ensalzan valores como la “independencia”, la “autosuficiencia”, el no depender de nadie, “la naranja completa” y blablá. Y sí, todo esto está muy bien y soy la primera defensora de todo esto. Ahora bien… Ser independiente no es incompatible con crear relaciones y vínculos de calidad. En el momento en que la intimidad y la proximidad te asustan y el compromiso te incomoda, habría que sentarse a ver qué está pasando aquí.  Y esto es precisamente el hándicap de los evasivos.

Podrás reconocer a una persona evitativa por algunos rasgos como estos…

  • En el ámbito amoroso, han salido con varias personas, a las que seguramente consideren “fantásticas” pero, por alguna razón, al tiempo pierden el interés, empiezan a sentirse “atrapados” y acaban encontrando algún fallo que les lleva a salir de ahí.
  • Les asusta la intimidad y les incomoda el compromiso
  • Nunca o casi nunca han tenido una relación estable
  • Siempre acaban por cansarse de la persona
  • Necesidad continua de nuevos horizontes

Un evasivo diría frases del tipo:

  • “Mi pareja a menudo desea que me muestre más cariñoso de lo que a mí me gustaría”
  •  “Me recupero rápidamente cuando una relación termina. Tengo facilidad para quitarme a alguien de la cabeza”
  • “Para mí, la independencia es más importante que las relaciones”
  • “Prefiero no compartir mis sentimientos más íntimos con mi pareja”
  • “Prefiero el sexo ocasional con alguien que acabo de conocer a intimar con un compañero fijo”
  • “Echo de menos a mi pareja cuando estamos separados, pero cuando vuelvo a verla, no es para tanto”
  • “Me alivia saber que la persona con la que me veo no pretende entablar una relación de exclusividad”
  • “A veces, cuando consigo lo que quiero de una persona, ya no estoy seguro de lo que quiero”

CLAVES PARA IDENTIFICAR A UN APEGO EVASIVO

  • Envía señales confusas
  • Hace comentarios tipo “cuando nos vayamos a vivir juntos/hacer ese viaje…” pero después se comporta como si no tuvierais futuro como pareja
  • A veces llama con frecuencia, otras pasa tiempo sin telefonear
  • Parece distante y desapegado pero vulnerable al mismo tiempo, cosa que a ti te atrae enormemente
  • Ansía su independencia, menosprecia la dependencia y el vincularse más: “mi trabajo es muy demandante, necesito más espacio, me agobio…”
  • Te rebaja (a ti o a antiguas parejas) aunque aparentemente sea en broma: se burla de lo torpe que eres haciendo X o que le encanta lo gordit@ que estás
  • Insulta o dedica calificativos no muy agradables a una antigua pareja
  • Te habla de alguien que le gustaba mucho en su día pero dejó de interesarle por X
  • Insiste en la importancia de poner límites. No te invita a su casa, prefiere que os veáis en la tuya
  • Utiliza tácticas para distanciarse (emocional o físicamente)
  • Prefiere dormir en su casa
  • Prefiere pasar las vacaciones siempre por su cuenta
  • Es confuso con respecto al futuro. Tiene dificultades para hablar de lo que hay entre vosotros
  • Ciertos temas están prohibidos
  • Hace que te sientas incómodo por preguntarle a dónde va vuestra relación
  • Se aleja o estalla al menor signo de desacuerdo
  • Tiene puntos de vista rígidos sobre las relaciones o establece reglas con el fin de evitar el compromiso
  • Demuestra fuerte preferencia por un estilo concreto de mujer/hombre
  • Propenso a las generalizaciones “en cuanto empiezas con alguien, se empeñan en cambiarte”, “todos los hombres o todas las mujeres…”
  • Tiene una idea poco realista de cómo debería ser una relación
  • Idealiza alguna antigua relación y no sabe decirte por qué fracasó
  • “No sé si volveré a sentir algún día lo que sentía por mi ex”
  • Desconfía. Teme que su pareja saque provecho de él o ella.

En definitiva, creo que conocer los patrones de conducta de un evitativo, te puede dar una idea de cómo ve él o ella el mundo o las relaciones. A menudo, este tipo de perfiles resultan bastante atractivos porque aparentemente demuestran una gran confianza en sí mismos y una independencia. No obstante, si tú lo que buscas es vincularte más a largo plazo, puede que este tipo no sea una buena opción.

Las personas de estilo evitativo suelen poner fin a sus relaciones con mayor frecuencia que el resto. Por lo cual están disponibles más a menudo y durante períodos de tiempos más largos que el resto. Y aparte, los estilos de apego evitativo no se suelen emparejar entre ellos.

Teniendo en cuenta que los de apego seguro son un 50%  de la población y suelen ser los menos disponibles (con más probabilidad están ya en pareja). ¿Qué queda en el mercado? Los ansiosos.

¿Qué ocurre? Que los evasivos se juntan con los ansiosos y se forma aquí un coktail molotov. Pero bueno, eso te lo explico en otra ocasión 🙂

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